miércoles, 20 de noviembre de 2013

Justos, buenos y perfectos

Después del fantástico post de ND relacionando con ojo de lince a Galdós y a Kafka, centrándose en esa parte de Doña Perfecta que trata de la incomprensión entre los hombres, me ha apetecido seguir un poco en esa línea y, aprovechando que este mes se conmemora el centenario de Albert Camus, voy a hablar de lo mucho que me ha recordado Doña Perfecta a Los Justos desde el punto de vista de la denuncia de cualquier tipo de violencia.
 
No resulta sorprendente que ciertos sentimientos humanos, como el odio y el ansia de justicia, sean tan universales que acerquen más de lo que a primera vista pueda parecer a un pueblo de la Castilla más profunda y a la Rusia zarista, tampoco nos resulta extraño a nadie que los extremos se acaben tocando cuando se ha decidido de manera firme que el fin debe justificar los medios. Así, nos encontramos con dos grupos de conspiradores que hacen de su vida una herramienta para conseguir lo que para ellos es un ideal de justicia.
 
Si en Doña perfecta vemos a un grupo de personas profundamente reaccionarias, que están profundamente convencidas de que su mundo no debe cambiar, en Los Justos nos encontramos con todo lo contrario, un grupo terrorista revolucionario convencido de que el mundo debe ser diferente, y en ambos casos vemos como en aras de lo que ellos consideran que es justo y bueno se llegan a autoproclamar jueces de la sociedad. Sin embargo, la realidad es que son dos caras de la misma moneda, porque nadie les podría nunca convencer de que sus motivos están equivocados, de que en el fondo de sus actos lo que reside es la maldad. Tanto que algunos de los personajes de ambos libros sólo van a encontrar liberación en el castigo y en el remordimiento.
 
Pero antes de llegar a ello vemos un proceso que pasa por la deshumanización de la victima, que antes es enemigo que persona, motivo que llega a justificar que le puedan privar hasta de su derecho a la vida, que queda supeditado a un bien que ellos mismos sitúan por encima. Para Doña Perfecta llega un momento en el que su sobrino “no es su sobrino, es la nación oficial, es esa segunda nación compuesta de los perdidos que mandan en Madrid”; de la misma forma que el archiduque es para los terroristas sólo un símbolo de la opresión, algo que Camus trata de resaltar cuando habla de su carne y de su sangre tras el atentado, de forma que lo hace humano frente al asesino que, como consecuencia de sus crímenes, ha perdido gran parte de su humanidad.
 
Esto me parece de lo más interesante, entrar en las consecuencias que en el propio verdugo tienen sus acciones, como su falta de empatía y su falta de amor por las personas contrasta con su amor por una sociedad idealizada (aunque hay otras motivaciones mucho más egoístas en el caso de Doña Perfecta). Porque como escribe Camus “quien ama verdaderamente la justicia no tiene derecho al amor” y en efecto, no hay amor verdadero en sus actos, como mucho una falsa sensación de amor disfrazada de idealismo religioso o socialista, lo mismo da llegado el caso. Pero sobre todo lo que no hay es justicia, una palabra que cuanto más se pronuncia más se desgasta, y ellos lo saben, haciendo que su vida sea una tortura hueca.
 
Es también reseñable que en ambos libros los autores tratan de hablar de los acontecimientos como espectadores imparciales, consiguiéndolo sólo en parte, porque para mí queda claro que, aunque sea de manera muy sutil, Galdós se posiciona del lado de la víctima y Camus del de los verdugos, que en ambos casos parecen ser los buenos, o al menos los menos malos. Y es que ese es el fondo de la cuestión, todos nos creemos justos, buenos y mucho menos imperfectos de lo que estamos dispuestos a admitir en el fondo de nuestros corazones.
 
Para desmentirnos están los hechos.

domingo, 17 de noviembre de 2013

...Y del horror a la cotidianidad

Hoy tenemos una invitada al Club. Se trata de MJJ que me envía el post por e-mail y que es un desarrollo de un primer comentario que he dejado de su parte en las respuestas del post anterior de ND. Si me ocupo de solventarle la parte técnica del asunto es porque, a una hermana, no se le pueden negar según qué cosas. Aquí lo tenéis, y espero que os guste su aportación.


En su excelente argumentación, El niño desgraciaíto nos desvela su preferencia por la novela de Kafka. En una impresionante acrobacia mental, relaciona el terror que le produce esta novela con la de Galdós, y allá cada cual.

Efectivamente, el lector de Kafka termina su lectura inmerso en un incómodo desasosiego. La incomprensión absurda que rodea a K. nos obliga a razonar constantemente, a no dejar en ningún momento nuestra posición de lector - centinela que teme perderse en el laberinto. Ni siquiera tenemos el consuelo de ahogarnos en alta mar porque la muralla en la que nos hemos encerrado con K. es de hormigón armado.

Defino la muralla como "hormigón armado" porque la novela de Kafka adolece de tensión psicológica; pero lo peor de todo es que no es verosímil. No puede darnos "yuyu" el absurdo como Suprema Inteligencia. Es probable que en su momento, a las puertas del siglo XX, con la Gran Guerra en ciernes, nos hubiera podido asustar la ausencia de un porqué ante la muerte. Pero estamos en el siglo XXI y hay una razón para la sinrazón. Ha pasado ya el " momento demiurgo" porque no tiene sentido la disyuntiva entre todo es blanco o todo es negro. La especie elegida sólo puede sentirse desasosegada ante "El Castillo" porque le parece un " Exin- Castillo", en el que, además, no hay ni pizca de humor.

Como se sabe, Kafka y Galdós estudiaron leyes. Es curioso observar cómo el mismo argumento puede desarrollarse según convenga a cada cuál, sobre todo en el mundo del Derecho. Señalo ésto porque nos encontramos ante el mismo drama -la muerte del protagonista- motivado por las mismas causas: incomprensión, intransigencia, etc, con dos elaboraciones literarias opuestas: Kafka desasosiega, Galdós aterroriza.

Ya desde el primer capítulo, el lector sabe que se mueve en aguas movedizas, certeza que se confirma con la pregunta retórica de Pepe : "¿ Pero qué tiene que ver la revolución francesa con el manto de la Virgen?". El mismo planteamiento del diálogo ya, en sí mismo, es inquietante. Porque es una observación muy sencilla, tan simple que nos pone inmediatamente en guardia. Sigamos.

A diferencia de Kafka, en Galdós no hay buenos ni malos que lo sean enteramente y basta observar cómo la gran arpía de la novela, doña Perfecta, no adolece de sentido del humor ni de arrebatos genuinamente maternales. Por ejemplo, en el capítulo donde Pepe pierde los nervios y se enfrenta con su tía a raíz del encierro de Rosario, la reacción de doña Perfecta nos describe completamente al personaje. Cita textual: " … ¿ Acaso no hay en el mundo más que tú y ella? ¿No hay padres, no hay sociedad, no hay conciencia, no hay Dios?". Y más adelante, dirigiéndose al sobrino ateo que, en un instante, ha dejado de ser su sobrino: " Vaya, te has sofocado. Como aquellos oradores republicanos que venían a predicar aquí la religión libre, el amor libre y no sé cuántas cosas libres…". Galdós hace hablar a la arpía como lo haría cualquier mujer en su contexto. Y al reflejar sus palabras con esta dosis de realismo, el autor nos la presenta con una gran dosis de comprensión hacia sus motivos. Y además, añado que esta comprensión hacia la mujer equivocada, manipulada por sus pocas luces y la influencia del entorno, por el qué dirán, no está exenta de simpatía como vemos.

Lo referido a doña Perfecta se aplica al conjunto de los personajes, de gran valor tipológico y sobre los que se apoya la ideología ultraconservadora. Los parlamentos del cura pueden, incluso, parecer exagerados, pero en la descripción de las mentalidades sociales del final del siglo XIX el conocimiento que revela Galdós constituye un auténtico arsenal. Por esto último - y me dirijo a El niño desgraciaíto - es más terrible la novela de Galdós. Porque no hay peor mal que la ignorancia, no existe ciego más invidente que el que no quiere ver y, por último, no hay remedio para ésta falta de cultura. Para este chauvinismo de " lo mejor es lo mío y lo demás no cuenta". ¿ No estamos viendo a todas horas cómo el fantasma del pasado está presente en nuestras vidas cotidianas? ¿ No nos tropezamos a diario con los espejismos del pasado y tenemos al lado energúmenos idiotizados, más interesados en su ideología obsoleta que por la prima de riesgo? Por esto, por su modernidad - por no hablar de su magistral empleo del diálogo - es por lo que prefiero mil veces a Galdós.

Ya sé que a muchos os ha parecido un "rollazo" la lectura de " Doña Perfecta". Allá cada cual. Os invito a una segunda lectura con las "gafas" del momento que nos está tocando vivir. No es el "escritor realista que escribió los Episodios Nacionales y vivió muy de cerca la época de Isabel II", eso y poco más lo dice wikipedia. Estáis ante un escritor actual, divertido, tolerante y, sobre todo, cronista de un arsenal ideológico que todavía respiramos.

He dejado para el final, querido ND, el personaje que más miedo me da. Caballuco. El artífice del homicidio. Es una auténtica joya en cuanto a su descripción psicológica. Nos confirma su adhesión al cerrilismo desde el primer momento, cuando expresa su intención de dejarse matar ante una palabra de la arpía. Toda su intervención está definida por el temible pánico del que se siente inseguro y, al mismo tiempo, señor de la venganza. ¿ Cabe una ventana mayor al horror? Aquí no es un demiurgo burocrático quien va a decidir el destino. Se trata de un hombre de carne y hueso cuyo poso emocional - no descrito, pero imaginado- es tan fuerte que no le tiembla el pulso. ¿ No se parece Caballuco a los siniestros homínidos que salen en el telediario? A mí sí que me da miedo.

Otro día seguiré, yo también tengo mis miedos. 




miércoles, 13 de noviembre de 2013

De la cotidianidad al horror

Yo no soy muy aficionado al género del terror. Me he leído algunos libros, pocos, pero no le acabo de pillar el punto. Recuerdo Misery que me inquietó bastante. Recuerdo el dragón rojo, precuela de el silencio de los corderos, y ahora mismo no recuerdo muchos más, aunque seguro que sí que me he leído algunos.

Pero hay otro tipo de terror que sí que me gusta mucho y es el terror psicológico, el que va envolviendo al protagonista sin que se note, para de repente encontrarse ya al otro lado de la salvación, desarmado e impotente ante un fin absurdo que no entiende. El protagonista tuvo muchas oportunidades de escapar, pero no lo hizo, no vio el peligro.

El caso paradigmático de este tipo de terror para mí es Kafka. Y específicamente dos libros: El Castillo y El Proceso. La lectura de Doña Perfecta me ha recordado mucho a El Castillo. En ambas un joven llega a un pueblo desconocido, uno para conocer a la que puede convertirse en su esposa, y otro para trabajar como agrimensor. Al principio todo parece normal, traban conversaciones con los lugareños, los habitantes de los pueblos los tienen en gran estima, ven alguna cosa extraña, pero no se alarman y piensan que son imaginaciones suyas o cosas pintorescas de los paisanos... hasta que poco a poco se va tejiendo la tela de araña que destruirá sus vidas.

En el caso de El Castillo es la imposibilidad de acceder a un poder burocrático que no se relaciona con nadie. Esa lucha por conseguir llegar al castillo y entrevistarse con los administradores que parece tan lógica no llega a producirse nunca. El castillo está más lejos de lo esperado, hay confusión en los horarios, alguien se interpone en su camino... siempre pasa algo y nosotros nos ponemos de parte del agrimensor con su lógica que choca de frente contra otra que no entendemos, pero que para el resto de personajes es totalmente normal.

En el caso de Doña Perfecta, Pepe llega al pueblo y poco a poco se ve enredado en pleitos, en discusiones en las que siempre malinterpretan su ironía o en las que él también malinterpreta las intenciones de los otros. La historia se va complicando, se empecina en asustar a doña Perfecta que a su vez no duda en exacerbar los ánimos de los pueblerinos contra el ejército, especialmente los de Caballuco, hasta que se desata la tragedia del final con la muerte de Pepe.

En ambos casos hay una incomprensión bilateral por parte del elemento extraño que llega al pueblo y de los habitantes del pueblo frente al desconocido. Pero lo que creo que diferencia a los dos libros y hace, a mi juicio, mejor a el Castillo, es la absurdidez e incomprensión que el lector tiene de los pensamientos de los oriundos del pueblo. En Doña Perfecta entendemos sus motivos, no se comparten, pero se entienden sus acciones como consecuentes. En cambio, en el Castillo, la incomprensión es absoluta donde hasta las incoherencias de los sucesos del castillo son analizadas como pruebas de la inteligencia superior de la burocracia que dirige sus designios.

El Proceso también tiene esa incomprensión de la que hablo, aunque ahí el escenario es totalmente distinto. El Castillo y El Proceso se parecen bastante. El Proceso y Doña Perfecta se parecen poco. El Castillo está inconcluso y el final de Doña Perfecta es moralizador, cosa que ninguno de los libros de Kafka creo que sea. También hay diferencias, por supuesto. Pero creo que eso es menos interesante.

También creo que los dos libros sirven para trazar, dentro de sus paralelismos, la fina diferencia entre el horror y la tragedia. También entre el absurdo y lo comprensible.

Tal vez esto solo se me haya ocurrido a mí. Entiendo que así a priori comparar a Kafka con Galdós no es habitual. Dándole al google parece que no es una idea muy común, pero es que eso de buscar similitudes y categorizar es algo muy humano, nuestro cerebro funciona así, aunque cada uno tengamos categorías distintas.

Tal y como dice Pierre Bayard, esas referencias de nuestra biblioteca particular y las referencias que cada uno tiene son, de alguna manera, nuestra manera de interactuar entre nosotros y de intentar encajar en nuestro entorno. Ni Pepe ni K. encajan y a lo mejor es de ahí de donde nace el desconcierto e incluso el horror. El horror a estar solos, sobre todo en el caso de el Castillo.

Por cierto ¿hay alguien ahí o os he asustado a todos y nadie ha llegado hasta el final...?

-¡Eco!

-....ecooo ecooo ecooo...


(escalofriante...)

domingo, 10 de noviembre de 2013

La elección de libros en el Club de Lectura 2.0 (y parte 2)

Otro día es hoy, y entre un lunes y un sábado ya doy por leído el post anterior. Que no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy y que un compromiso es un compromiso, y no me tiréis de la lengua o encontraré muchos otros tópicos para este segundo off topic para el que me he ofrecido con mucho gusto, en la espera de los post de comentarios sobre Doña Perfecta.

De lo que yo venía a hablaros es del calendario de libros para 2014, una lista que ya hemos completado con más voluntad que orden y menos debate que cálculos. Y es que se trata de la lista más esperada todas las listas esperables en nuestro pequeño mundo lecturero, una lista más concienzuda que la lista de ejercicios de elíptica de Newland, más apremiante que la lista de autobuses de Livia, más temida que la lista de viajes profesionales de ND, más coherente que mi lista de defectos y más dramática de cualquier lista que se le ocurra hacer a Bichejo. Es la lista más importante de todos los blogs de libros del universo, incluyendo los cráteres de Marte y los anillos de Saturno, por decir dos lugares que te encuentras cuando te interesas por Groenlandia.

Para confeccionar la lista, este año hemos innovado con el método de elección. También podríamos haber innovado poniéndonos de acuerdo en algo, que algún libro habrá en el mundo que nos pueda gustar a todos, digo yo. De todos modos, tampoco lo hemos intentado. Se ve que teníamos prisa, que diciembre está a la vuelta de la esquina, y tratándose de un grupo formado por tres mujeres y dos ingenieros, la practicidad impera. En fin, el método elegido consistía en que cada uno proponía cuatro libros y el resto los votaba, de manera que quedaran dos propuestos por cada uno. Luego se completaría el año con libros de los ganadores del Cervantes y el Nobel, en una especie de cita a ciegas con la literatura para que sumaran los 12 meses. Para que fuera más “discriminante”, yo propuse que votáramos dando 5, 3, 2 y 0 puntos. Y si bien matemáticamente nos hubiera dado igual poner 4, 3, 2 y 1, la estética no puede ser más desafortunada: la imagen de ponerle un cero a un libro sin haberlo siquiera leído no parece justo. Creo que al año que viene habrá que dejar que organicen esto los señores ingenieros, que en un porcentaje del 40% son mayoría profesional, y dejarnos de inventos raros.

Ya la propuesta de libros fue algo tumultuosa, porque había libros que no se encontraban, y otros propuestos ya los había leído alguno de nosotros, pero por fin Bichejo pudo componer una hoja de cálculo definitiva y, hala, a votar todos como locos. Yo no sé si estaríais interesados en conocer los libros que hemos dejado atrás. Sólo deciros que había dos propuestas de Dickens y hemos conseguido que no saliera ninguno. De nota. Aunque, para contarlo todo, he de decir que yo, por votar la última, tuve en la mano que saliera uno de los dos, pero quise hacer trampa (lo reconozco), me equivoqué sumando y salió empatado con Wharton. Así es que para resolver el empate, Newland, que era el que había propuesto ambos libros decidió, en plan Salomón, que leeríamos a Dickens si el Atleti esa noche se ponía de líder, aprovechando que el Barça había empatado por la tarde su partido. Sí, sí, podéis leer cuantas veces queráis la frase anterior, pero eso no cambiará los hechos: Dickens en manos del Cholo Simeone y el Mono Burgos. Y eso, queridos amigos, es casi tanto como pedirle a King Kong que se vaya al Louvre un ratillo a cuidar de la Gioconda. Como era de esperar, un club al que todo el mundo conoce como el Pupas y cuyo himno centenario dice eso de “qué manera de sufrir, qué manera de palmar” perdió por 1-0 frente al Español. Así que la Historia de dos ciudades de Dickens se quedó para otro año, como casi todos los campeonatos que juega el Atleti por otra parte, derrochando coraje y corazón, Paseo de los Melancólicos cuánto te quiero y que viva mi Atlético de Madrid. Oye, lo de este club, qué manera de aguantar, qué manera de vivir. Me refiero al Club de Lectura, naturalmente. Un despropósito que tampoco fue para tanto, porque Wharton también había recibido votos, en concreto los mismos que Dickens...

Y a todo este proceso le estuvimos llamando Eurovisión durante una tarde, y cada vez que decíamos algo, una cuenta que se llama Eurovisión retweets nos retuiteaba la conversación a sus 135.000 seguidores. Yo me imagino que algún fan de ABBA se daría de baja aquella tarde, después de volverse tarumba buscando a Dickens y Wharton como participantes en Eurovisión por el Royaume Uni, con dolor de cabeza y desquiciados para los restos de sus vidas.

Bueno, pues después de tantas idas y venidas, mucho trasiego de e-mails y de ficheros, por fin tuvimos la lista y ya sólo quedó colocarla en el tiempo, poniendo los libros más gordos en época de verano y Semana Santa. Como es lógico, unos estamos más contentos que otros con el resultado, aunque lo importante es lo que nos habrá parecido el libro después de leerlo, no la nota que le hemos dado antes. Al año que viene será el momento de reflexionar sobre si esta es la mejor manera de elegir libros. Pero eso será al año que viene. Ahora, de momento, a leer.

Os dejo la lista de los libros ordenada por la fecha en la que iremos publicando los post y hablando de ellos. También la podría haber ordenado por puntuación, o por número de páginas, o por orden alfabético, pero he preferido que al menos algo de este post fuera indiscutiblemente lógico.

Os invitamos a que leáis los libros y os divirtáis con nosotros en 2014. No sin antes terminar 2013 con Alice Munro y Las lunas de Júpiter el 1 de diciembre, y este mes con los comentarios de Doña Perfecta, de Galdós.

CALENDARIO 2014





lunes, 4 de noviembre de 2013

La elección de libros en el Club de Lectura 2.0 (Parte 1)

Supongo que los lectores de este blog, que no son menos heroicos que nosotros, los cinco blogueros que destripamos los libros cual terroncillo de azúcar, están ya perfectamente al corriente de nuestro sistema de elección de lecturas para el año.

- ¿Y a ti cómo te gustaría morirte?

- Pues mira, leyendo un libro de 824 páginas estaría bien. A ser posible, en la 823, más que nada para conservar el interés hasta el fin de mis días.

Os contaré que el año pasado, ND propuso como libro La máquina de la muerte y a todos nos pareció de lo más adecuado para celebrar el ecuador del año, si bien en el último momento el propio ND, que es hombre prudente, transmutó en Séptimo de Caballería y nos libro de terminar de manera tan abrupta como descriptiva el valle de lágrimas en el que se habían convertido los seis primeros meses del 2013.

Desde El animal moribundo, que nos dejó con mal cuerpo a todos, pasando por la tragedia de Un matrimonio feliz o la peripecia hasta Harvard de una pequeña homeless con vocación de delincuente en Quemar la noche, siguiendo con la pobrecilla Paula, que en paz descanse y la amargura de Algo va mal de Tony Judt, estábamos ya todos sin un mal clinex que llevarnos al lagrimal y anegados en suspiros cuando tuvimos un momento de relajación con Bayard, que nos enseñó Cómo hablar de libros sin haberlos leído. Tengo para mí que ND, además de prudente, es un hombre previsor, si bien su libro llegó tarde para evitarnos pasar por Los años de Laura Díaz, un libro que me permitió reconocer las ventajas de la lectura creativa, una finesse inventada por Bichejo. En fin, Bayard fue un respiro, un tomar carrerilla hacia Jane Eyre, un dramón de toma pan y moja que puso en suerte a John Irving y su Última noche en Twisted River, que menos mal que era la última, porque si llega a ser la primera todavía estamos por aquí leyéndolo. Y luego Como una novela y Doña Perfecta, Pennac y Galdós, o sea, un huevo y una castaña.

Y ya llegamos al final del año, dispuestos a leer Las lunas de Júpiter, de Alice Munro, que ha tenido a bien ganar el premio Nobel y que viene a sustituir a Tres mujeres fuertes, de Marie Ndiaye, que de momento sólo ha ganado el Goncourt, y eso parece poca cosa para este selecto club. ¿Que por qué no hemos leído a Ndiaye? Pues básicamente porque yo no tengo personalidad ni dotes de mando. Esto y que no era un libro fácil de encontrar, así es que se condenó prácticamente un mes después de haberlo elegido. He de decir que quien conozca a Bichejo sabe que no es en absoluto una persona insistente, de manera que el hecho de que preguntara cada dos días “¿Y para Diciembre qué leemos, y para diciembre qué leemos? Le toca a Carmen, le toca a Carmen, le toca a Carmen...” sabe que tenía como único motivo alargar el sistema de elección de libros que es, de lejos, la parte más divertida del club. Una lástima que esto sólo suceda una vez al año.

Este sistema de elección, el año pasado, fue muy sencillo: cada uno proponía cuatro o cinco libros y el resto elegía tres entre ellos. Después se contaban los electores que había tenido cada libro, y ya está. Como éramos cuatro, tocábamos a tres libros cada uno. Existe el veto, y lo hemos usado especialmente para descartar los libros que ya hemos leído para que no pasen por el club. Para evitar japoneses no ha hecho falta, porque a casi todos nos espeluznan. Esto del veto tiene también su punto de originalidad, probablemente perdida, y es que Livia ha decidido por su cuenta que el veto vale para una cosa y para su contraria, y así, en un doble mortal con tirabuzón, nos propuso libros que ya había leído ella, algunos incluso que había olvidado, si bien en el caso de Laura Díez esto último no tenga explicación. En fin, que Livia ha inventado el recontraveto, que es algo muy meritorio. Sin embargo, yo diría se ha dejado perdonar porque con una entusiasta reseña en su blog nos animó a leer, fuera de programa, Todo lo que era sólido, de Muñoz Molina, un libro que habría que poner como material obligatorio en primero de bachillerato.

Ha sido un año muy divertido, dicho esto con la ventaja que otorga el haber pasado el trance. Ninguno de los libros que hemos leído ha sido celebrado por todos, a falta de leer a la Munro. Y eso que a mitad de año se incorporó Newland después de haberlo meditado mucho y tras publicar reseñas sin atenerse al corsé que imponía el calendario. También sin derecho a elegir títulos en este año 2013, lo cual tiene el inconveniente de tragarse los puros que eligen otros, pero la indudable ventaja de no equivocarse. Supongo que el enamoramiento que ha vivido con Irving le habrá compensado de otras desdichas, aunque no hay nada comparable a escoger un libro y luego atenerse a la crítica de tus co-bloggers.

Una vez dicho esto, se comprende que este año hemos sido cinco para elegir los libros de 2014. Podríamos haber mantenido el sistema de voto, pero hemos preferido innovar. Pero eso ya os lo contaré otro día, así es que nada de darse de baja aún. Aquí os quiero ver a todos, que sois pocos, pero muy heroicos.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Doña Perfecta

Para encabezar la reseña de este mes, tomemos prestado el inicio de Misericordia

En estos días de noviembre, ventosos y glaciales, en que se hielan las palabras en la boca, y azota el rostro de los transeúntes un polvo que por lo frío parece nieve molida, se repliega el ejército del club de Lectura 2.0 al interior de Doña Perfecta, obra de Benito Pérez Galdós que narra las aventuras y desventuras de las gentes de Orbajosa, lugar ficticio en la España profunda del XIX.*

Sobre Doña Perfecta nos dice la editorial Cátedra:

Doña Perfecta (1987) fue la primera de las novelas sociales de Galdós, en la que trata de abordar los problemas de la España de su tiempo. Con este fin, sitúa la acción en una ciudad imaginaria (pero no irreal); su Orbajosa, como la Vetusta de Clarín, se ha incorporado por derecho propio en la geografía literaria de nuestro país. El problema central es el de la intolerancia, articulado dramáticamente por la confrontación entre una visión provinciana, tradicionalista y primitiva, y otra europeizada, liberal, centrada en la metrópoli. Doña Perfecta es una obra de lucha: Galdós concibió su quehacer literario como intervención en la realidad. Plenamente vigente en lo literario, su llamada a la tolerancia sigue siendo -desgraciadamente- de actualidad.

Podéis leer las reseñas de los lectores 2.0 en sus respectivas casas así como seguir, y participar, del debate que tendrá lugar en este Club de Tort Lectura.

Carmen

Bichejo
Livia

Newland

Desgraciaíto


Acompáñanos a desentrañar los misterios de Orbajosa, la mítica ciudad provinciana de Galdós, en donde las personas que parecen buenas, no lo son.