Queridos cobloggers, esta vez soy tan perraca que ni siquiera he hecho yo el post. BkindZanks, que es una bloguera y tuitera bastante maja se curró este pedazo de comentario sobre Jane Eyre, y creo que su sitio está aquí, porque está muy currado y plantea cosas muy interesantes.
De las tres hermanas Brontë, Charlotte es la que menos me gusta. Le falta la pasión arrebatada de Emily, a quien ella tachó de loca perturbada, tras su fallecimiento, por haber escrito Wuthering Heights. Y carece de la crítica social a través de la fina ironía que tenía Anne, más parecida a Jane Austen. A quien, por cierto, Charlotte despreciaba, tanto a ella como a su literatura, según diversas cartas enviadas a George H. Lewes, el crítico del que fue amante George Elliot y por el que la buena sociedad de la época la rechazaba. Pero esa es otra historia, que me disperso.
Jane Eyre lo dividiría en tres partes: Lowood, Thornfield y Moor House. Me pareció genial la parte de Lowood y las otras me aburrieron tremendamente.
En Thornfield… sí, sigue ese patrón de novela gótica, con la figura de la casa misteriosa ocupada por la figura de un hombre que da un miedo morboso, bla, bla, bla… ¡Pero es que este no da miedo ni na! Todo lo contrario, es un tipo que, igual Jane no lo sabe, pero nosotras sabemos que se dedica a pagar para obtener placer sexual, sea en burdeles o manteniendo a actrices y cantantes de ópera. Es un señor que deja abandonada a una niña (probablemente su hija) en una mansión medio abandonada. Y que humilla a Jane en más de una ocasión, dándole alas y volviendo a colocarla en su lugar bruscamente.
Esa es otra, el dilema de la institutriz… pero eso también es otro tema, me sigo dispersando.
Y, sobre todo, es un señor que (SPOILER) ejerce el poder masculino propio de aquella sociedad para encerrar a su mujer. Como expone Jane Rhys en Wide Sargasso Sea, ¡vete a saber tú si Bertha Mason estaba loca o no! El caso es que era ella el socio capitalista en aquel matrimonio, pero eso no servía de nada. Y aquí me podría dispersar con The Tenant of Wildfell Hall de Anne Brontë, del cual Charlotte se encargó de impedir nuevas publicaciones. Pero no, me centraré… Solo os lo recomiendo.
Y, oh, qué bueno es Rochester, porque no la lleva a un manicomio, según expone Charlotte. Sin embargo… ¿quién va a creer en la palabra de Rochester cuando ha engañado a Jane una y otra vez, ocultándole que estaba casado? Pero es que a él le debe de ir esto de engañar a los demás, porque es el más listo, como con la lectura de la buenaventura durante la cena…
Entonces, Jane descubre el pastel y… ¿dónde está todo ese enamoramiento y rebeldía? Nada, la muy estrecha huye. Lo de vivir en pecado no le va, todo es de boquilla. Decepción total con la figura de Jane.
Y, en la huida a lo pentatlón, aparece en casa de los parientes estos. Me río yo de Facebook. Pero… aunque era fea y pobre, consigue camelarse al primo cura. Él la ve más bien como un soldado reclutado para la obra. Y ella se resiste, se resiste… pero cuando va a dar el sí, oye la voz de Rochester. Entonces es cuando te preguntas si aquello es una novela de Charlotte Brontë o de Stephen King… Personalmente, creí que la pobre Jane había tenido un brote de esquizofrenia, pero bueno… es que tengo demasiada imaginación.
Regresamos a Thornfield, ya destruido por el fuego purificador, como el propio Rochester. Y ahora Jane es millonaria… fea, pero millonaria. ¡Porque es fea! Dato que podría ser novedoso y la simpática Charlotte no se lo hubiera copiado a su hermana Anne, que escribió Agnes Grey (nada que ver con Christian) antes que ella esta novela, pero no se la publicaron hasta después.
Y ya se sabe, las penas con pan son menos, así que todo se arregla y solo falta que Walter Bishop viaje en el tiempo para llevarle a Rochester un brazo biónico igualito al de Nina Sharp.
En fin… espero no haberme puesto muy pedante. Pero creo que mi postura ha quedado más o menos clara.
Gracias por la oportunidad de comentar esta parrafada. Me podría estar horas hablando de estos temas. :)
No lo había leído antes y es una pena porque es un comentario genial y con el que estoy muy de acuerdo. Yo también eché de menos que le creciese una mano a Rochester, hubiera sido genial.
ResponderEliminarNo puedo estar mas de acuerdo... describes el disparate que es la trama de la novela a la perfección
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