En esta ocasión queridos lectores, no vamos a hablar de libros, o sí, pero no de libros que se leen sino de libros que se viven, y es que una de nuestras aguerridas lectoras de este Club de tortura lectura pone su marcador, tal día como hoy, ni más ni menos que en el CUARENTA y, como ustedes comprenderán, tratándose de cuarenta palos como cuarenta soles eso no puede pasar como si nada. Así que la primera en la frente:
¡FELIZ CUARENTA CUMPLEAÑOS, BICHEJO!
Pero esto no queda así, con un Feliz cumpleaños y a correr, no, no, de eso nada, porque, como ustedes ya sabrán, Bichejo es además nuestra lideresa en la sombra, ahí donde la tienen, toda mesura y contención... aquí hay que repasar las penurias que la que se estrena como cuarentona nos ha hecho pasar a los demás, que la adoramos no por los libros que nos obliga a leer, que va, sino A PESAR de ello. Veamos qué nos ha hecho pasar y si le perdonamos por ser su cumpleaños...
Hablemos de langostas de David Foster Wallas. Empezamos leyendo los avatares de un señor perplejo que se apunta a todo pero nada le gusta. Hay que tener en cuenta que aprendimos cosas que no sabemos si servirán para algo, pero ahí están... entre las que sí sirven, para que no te cabrees, hemos aprendido que Foster no es el apellido, sino el segundo nombre, así que o bien se le llama David Foster Wallas así todo seguido, o simplemente Wallas, pero de Foster Wallas nada de nada.
84, Charing Cross Road de Helen Hanff. Continuamos con los avatares de Helen, allá por noviembre del 2012... hay que ver cómo pasa el tiempo; y mira, ahí, a pesar del desconcierto incial de no saber si era o no una historia real, pues no estuvo mal leer unas cartas muy monas entre esta señora y los rígidos de la librería de Charing Cross Road. Una señora que se leía hasta los forros en los que le mandaban los libros... casi como nosotros, que nos leemos cada cosa...
Un matrimonio feliz de Rafael Yglesias. Seguimos con un libro que fue de mucho llorar porque contaba la historia de un matrimonio que no siempre había sido feliz pero que lo era, y mucho, al final... y se terminaba por la muerte demasiado temprano de uno de sus miembros. Parece que nos imponemos libros que, de una u otra manera nos van a hacer llorar, y hay quien piensa que sufrimos muchísimo pero no, no sufrimos nada ¿verdad cumpleañera? en realidad nos reímos tanto de todo que compensa...
Algo va mal de Tony Judt. En enero del 2013 decidiste ponerte seria y que leyéramos un libro sobre lo mal que va todo en general, Europa en particular y la socialdemocracia ya si hilamos más fino. Hubo, como siempre que hablamos de política, división de opiniones. En esa ocasión no lloramos tanto por el libro como mirando a nuestro alrededor.
La última noche en Twisted River de John Irving. Con este sí que hubo división de opiniones: dos miembros del club, entre los que se encontraba la cumpleañera, adoraron el libro, los tres restantes todavía no han sido capaces de superar el estupor del sartenazo a la india, los troncos que ruedan y el resto de averías. Este te lo perdonamos porque te queremos y porque Newland lo adoró, que si no... a la hoguera con él (y contigo)
Algo va mal de Tony Judt. En enero del 2013 decidiste ponerte seria y que leyéramos un libro sobre lo mal que va todo en general, Europa en particular y la socialdemocracia ya si hilamos más fino. Hubo, como siempre que hablamos de política, división de opiniones. En esa ocasión no lloramos tanto por el libro como mirando a nuestro alrededor.
La última noche en Twisted River de John Irving. Con este sí que hubo división de opiniones: dos miembros del club, entre los que se encontraba la cumpleañera, adoraron el libro, los tres restantes todavía no han sido capaces de superar el estupor del sartenazo a la india, los troncos que ruedan y el resto de averías. Este te lo perdonamos porque te queremos y porque Newland lo adoró, que si no... a la hoguera con él (y contigo)
Joyland de Stephen King. Sabemos que adoras a tito Stephen (hasta te tomas las confianzas suficientes como para llamarle así, que no sé yo qué pensaría él si se enterara... aunque sea tu cumple... Y en abril de 2014 nos mandaste al lugar más feliz de la tierra a llorar un rato y a convivir con un fantasma. Supongo que recuerdas que Carmen no podía leer este libro de noche...
El sentido de un final de Julian Barnes. Se trata en esta ocasión de un libro que leímos por recomendación de alguien ajeno al Club, vamos, que habías adquirido un compromiso y decidiste que si lo tenías que leer tú, lo teníamos que leer todos, y no salió del todo bien, pero tampoco fue un espanto, por libros como este ¡en plazas peores hemos toreado! se está convirtiendo en el sustituto de ¡Poniatowska!
Entre limones de Chris Stweart. Y por fin llegamos al libro que estamos leyendo este mes de tu cumpleaños, bueno, que leímos el mes pasado y hemos reseñado este mes para debatir sobre él largo y tendido (era la idea original ¿recuerdas? ¡qué tiempos aquellos y qué ingenuos éramos!) y nos has amenazado con hacernos leer las continuaciones y, si lo pides, lo haremos (aunque la venganza será terrible) porque, como dice la canción... (y esto es válido sólo por hoy, que te queremos mucho pero tampoco te pases, que no es así un amor loco de película): por tiiiiiii, leería a David Foster Wallaaaas, por tiiiii, yo seríiiiia capaz de leerme unos rollos infumables.
Sois los mejores. Os quiero infinito a todos.
ResponderEliminarPojclaro que nos quieres infinito, no hay otra forma de querer :P
ResponderEliminarHay muchas formas de querer...infinitas, de hecho
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