domingo, 23 de septiembre de 2012

Huir o simplemente largarse


Ignacio Abel no es un intelectual disconforme con la burricie generalizada de un país en guerra. Ignacio Abel no es ningún héroe. Entre los huidos de cualquier guerra hay heroísmo, por lo que tiene de huir de una persecución. Pero a Abel no le persigue nadie, porque no está comprometido con nada, excepto consigo mismo. Abel no huye. Abel se larga de un Madrid en llamas porque le conviene.

Ay, si sólo fuera eso…

Abel se larga de un país en guerra dejando a su familia, a sus queridos hijitos a los que tanto dice que ama, por los que tanto dice que se preocupa y que trabaja. Los deja en una casa de la Sierra que por lo que parece es inmune a la guerra, con su mujer desquiciada y que viene de un suicidio y con unos abuelos medio gagás pero con chaletazo. Abel, tan neutral y despegado de la barbarie, prefiere no quedarse a ver quiénes son los primeros que entran en el pueblo, y no se para a pensarlo aunque viendo a su familia, más le valdría que fueran los “nacionales”.

Claro que Abel ya tiene práctica en eso de dejar a sus queridos hijos en España y él irse fuera, un poco a estudiar y otro poco a enterarse de lo que es echar un casquete como dios manda y desfogarse, que su mujer no le acaba de molar. Su mujer, una tullida intelectual que se dejó el sombrero puesto al ir a suicidarse (para taparse los cuernos, probablemente), no le resulta interesante para lo que lleva debajo de la bragueta una vez que ya ha dado el braguetazo. El vale mucho, sí, pero esa ayudita de la familia política le vino que ni al pelo. A cambio se tiene que comer una paella tediosa cada año, pero mira, lo más que le puede pasar es que le tenga que prometer a su suegro que va a cuidar de su cuñado...

Si es que… qué fastidio de promesas, oye. Mira, en el fondo la cumple porque Abel, en su huida, deja su casoplón de la calle Velázquez con las llaves puestas, y así su cuñado podrá refugiarse cuando quiera. Que es que la noche que apareció como que no le venía bien echarle una mano. Igual le han pegado un tiro, pero mira, un bestia menos. Y también le prometió a sus hijos llevárselos a América. Bah, como son pequeños, ni se enteran. Además, el nene se sabe defender, que le enseñó su tío a hacer pum con una pistola, que todavía le duele la mano del hostión que le dio al chaval. Ah, no, que su tío debe estar muerto. Ay, como el profesor Rossman. Qué asquito de cadaver, oyes. Claro que el tipo ya iba hecho una cochambre, oliendo a orines y tal. Bueno, da igual, el que no sabe es como el que no ve, mira qué tilos más bonitos se ven desde este tren.

Pero no me quiero distraer porque el asunto es que ama mucho a Judith. Oh, cómo la ama. Pero ¿Qué dices, Judit? ¿¿Cómo?? ¿¿Qué te vuelves a España?? ¿¿Ahora?? Pero, pero, pero… ¿Pero no habíamos quedado aquí, en los United? ¡No te vayas, chiquilla, que te pueden pegar un tiro! ¿Compromiso? Pero no digas chorradas, vete a un banco, deja una limosnilla y listo, no te compliques tía. La verdad es que te amo un huevo, y te seguiría a cualquier sitio. Bueno, te seguiría a cualquier sitio menos a España, que está mi mujer y lo mismo me pega con la sartén cuando llegue. Que tú no sabes la carta que me ha mandado: tiene un rebote serio. Pero mira, si ya he venido, y no te creas, que eso me ha costado el otro huevo, que iba vestido ya como un pobre, tú no sabes qué pintas. No, no he venido por el trabajo que me ofreció el nazi de Van Doren, qué va, menudo esfuerzo que he hecho, que yo no soy un socialista de boquilla, que he venido por ti, que te amo muchísimo. ¿Necesitas alguna otra demostración? Mira, te puedo prometer lo que quieras. Yo soy un tío leal y fiable, un hombre de palabra…

Menudo…


12 comentarios:

  1. Abel es un impresentable. Eso es innegable, y además es un impresentable como blandito, como que lo hace, pero en el fondo está apesadumbrado por hacerlo. O sea, dos veces impresentable.

    Eso de dejar a la familia y ni intentar siquiera ponerse en contacto con ellos cuando estaba en Madrid, pero luego se acuerda de mandarles una postal del Empire State (O ni eso) y ya con eso está todo solucionado. Eso, sí, el tío tiene ideales. Ideales socialistas, para más INRI y ahí sí que le doy la razón porque como buen socialista sabe que lo más importante es la igualdad y a este señor, efectivamente, todos le importan un bledo salvo él mismo, claro.

    En fin, no creo que el tío tenga un pase y, como ya dije anteriormente, creo que la novela hubiera ganado mucho si hubiera tenido otro personaje, real o imaginario, del que poder engancharse.

    ResponderEliminar
  2. Claro que es un impresentable. Pero el horror no es que lo sea (bueno, vale, es un horror que sea tan impresentable, tan cobarde y tan bárbaro, en el fondo), el horror es que viene camuflado de buen hombre. Buen hombre mis cojones, y perdón por la expresión. Personalmente respetaría más a Muñoz Molina si se mojase por su personaje, a ver, que no es que no le respete, pero nos cuela a un lobo de piel de cordero como el héroe de la vida.

    Y lo más triste es que lo mejor que le pasa a Ignacio en las 900 páginas del libro es el principio de lo peor que ha pasado en España. Ah, y me toca sobremanera la moral el ser consciente de que, salvo el momento de acojone que pasa, él en el fondo está tranquilo...si ganan unos son los suyos, si ganan los otros, ya vendrá Don Francisco de Asís a sacarle las castañas del fuego.

    Lo que le hace al cuñado es tan de bárbaros como cualquier matanza. Pero, jo, pobre Ignacio con su amor desgraciado, como el de María la Portuguesa...ascazo de tío.

    Igual me hubiese gustado más una historia sin prota, a lo "La Colmena" o algo así...

    ResponderEliminar
  3. Uf, de bofetadas me vais a dar... y soy pequeña...

    Ignacio Abel es un absoluto cretino, eso está fuera de toda discusión, pero...
    En cuanto a su compromiso político, discrepo profundamente: cierto es que no se queda a ver las balas pero los motivos, según yo lo entiendo, son dos; el primero es que se va tras Judith, que es lo único que le importa (eso sí lo convierte en una rata al dejar atrás a sus hijos) y el segundo, el que realmente lo pone en marcha y lo saca del país, es que ve que no tiene que esperar a que lleguen los nacionales para ser parte de una masacre, lo detienen y están a puntito de fusilarlo de no ser porque en el último nanosegundo lo salva el amigo de su padre que estaba allí casualmente... Eso es lo que persigue AMM según yo lo entiendo, no tanto denunciar la guerra en sí como el disparate absoluto que era el bando no nacional (me niego a llamarlo republicano) donde los revolucionarios, que no republicanos, decidieron matar a todo el que no fuera estrictamente de los suyos o simplemente pasara por allí, anarquistas matando comunistas, comunistas matando socialistas, socialistas matando al que pasaba por allí...

    Por otra parte está la cuestión familiar; Adela es una pobre mujer, tiene inquietudes pero no se las permite, porque es una mujer de su época y se cercena en todas ellas.

    Lo que no le perdono es que su cuñado es un miserable y un loco, sí, pero le han encargado que lo cuide, y lo han hecho personas que aun siendo lo opuesto ideológicamente a él lo han tratado siempre con cariño, y él no es capaz de implicarse, y no por miedo que va, sino porque eso podría haberlo retrasado en su viaje, como él mismo confiesa.

    Es un cretino sí pero no por su compromiso, o la falta, ideológico ¿de verdad valía la pena quedarse en todo aquel disparate cuando a los primeros que se mata en estos asuntos es a los moderados?

    ResponderEliminar
  4. Discrepo, se hubiese largado igual, por eso es un cutre. Porque se escuda en el ay, ay, ay, que me persiguen, pero es mentira. A él le viene dios a ver con el inicio de la guerra pero no sabes de qué manera, porque como es un cagao, así no tiene que dar excusas para largarse sin su familia.

    Un cutre y un cobarde. Y me hubiese despertado alguna simpatía si AMM le hubiese descrito claramente así, pero no, tiene que ser un hombre bueno. Sí, vamos, el que toda madre querría para su hija.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que lo convierte en un cretino es que lo deja todo por Judith, la familia le da igual. Se va a buscarla, no es cobardía, es puro ratuchismo... Y se va del país porque si no lo hace se lo cargan, como a cualquier otro, es lo único que le respeto

      Eliminar
    2. Livia, estás cegada por este hombre, como todas las mujeres de su vida. Es un matao y un cutre. Un venido a más y un convenido.

      Si no se va se lo cargan?? Respeto?? Dando su palabra y luego dejando al cuñado tirado de mala manera??

      Eliminar
  5. Claro que se puede largar y claro que el miedo es libre. Pero yo no creo que se largue ni siquiera por miedo. Como dice Bichejo más arriba, con cualquiera que gane él estará a gusto. ¿Que están a punto de matarlo? Pues sí, pero mira, se libra: el profesor Rossman no, porque no tiene ni un puñetero contacto en ningún sitio. El los tiene en edificios de lujo de la Gran Vía y en el barrio de Tetuan al lado del cine Europa. No es ningún heroe, y mucho menos por ideología.

    En cuanto al amor de Judith, ya, ya. ¿Por qué no la sigue de vuelta a España, si tantísimo la ama? O sea, que la sigue si el camino es adecuado, y si no, que se vaya sola, que ella también puede cargar maletas.

    Y es cierto que se puede caer en la trampa de comprenderle, porque AMM no le presenta como un tipo despreciable. Y me pregunto por qué...

    ¿Un moderado? Pues no sé qué hubiera hecho este tipo con un arma en la mano, y el pellejo en peligro. Tal vez no hubiera sido tan moderado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se larga detrás de Judith (voy uno a uno, que los tres a la vez no puedo) PERO tiene motivos para tener miedo, tiene motivos para querer salir de un país en el que había decidido quedarse a pesar de todo con la esperanza de encontrarla... se va porque lo detienen, no antes.
      Rossman da mucha pena, pero es taaaan inocente que dan ganas de abofetearlo, un señor que ha visto la Alemania nazi y la Unión Soviética de cerca, que ha tenido que huir de las dos no entiendo cómo no lo ve venir, el muy panoli.

      Lo que quería decir es que es un cretino, pero no por no comprometerse políticamente (que yo creo que sí lo está, pero en su medida) sino por su vida personal, por su egoísmo personal, por su inacción personal...

      Eliminar
  6. Yo no creo que Abel sea un moderado, es un oportunista y punto. Un ideal implícito en ser de izquierdas es la igualdad, como he dicho. Y a él eso no parece que le haga especial gracia. Eso por no hablar de la solidaridad. Él es solidario siempre que no vengan a tocarle lo suyo. Le paga los estudios al hijo del albañil, no me acuerdo como se llamaba, pero a pesar de ser su ahijado no va a verlo nunca, ni parece que dedique su dinero a mejorar la calidad de vida de todas esas personas. Yo creo que es un cara y que le viene bien tener amigos en las dos partes. ¿Qué trabajó duro? Seguro, ¿que es un caradura? más seguro aún. Me parece que es un personaje impresentable y él ya había decidido irse con Judith y dejar atrás a la familia antes de que estallara la guerra. Y ese no mover un dedo por saber cómo están sus hijos o luchar por ellos me parece totalmente imperdonable.

    Es un tipo soberbio e igual que cuando está con su familia política no la soporta a pesar de no hacer nada por enfadarlo, de igual manera se sentiría con otro tipo de familia. Es una especie da camaleón que se camufla para ponerse de lado en cualquier situación. Cuando hay que sacar el carné del partido, lo saca, cuando hay que ir a misa, se va. Creo que es una persona sin ningún tipo de ideales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no, no. Es un socialdemócrata de manual (de hecho es un poco difícil creérselo a veces porque la socialdemocracia de Abel es posterior a la época en la que está ambientada la novela, posterior a la 2ª guerra mundial) No se trata de "todos iguales" sino de que él ha hecho un esfuerzo para llegar a donde está (el hijo de un albañil se hace arquitecto en los años 20, ni contactos ni leches) y la igualdad de oportunidades debe estar ahí "buena alimentación, educación para todos" lo dicen 700 veces en la novela.

      Lo condenamos por enamorarse perdidamente de Judith y dejarlo todo, vale, pero ni que fuera el único hombre en la tierra que hace eso... La cuestión es que en lugar de condenarlo por eso lo mandamos a la hoguera por su punto de vista político, es en eso en lo que no estoy de acuerdo; con respecto a su familia política es cierto, totalmente detestable (aunque es un recurso literario de manual, ahora voy a ello) y sin paliativos, ellos le quieren y él se comporta como un cretino, pero seguimos en lo personal, no es una opción política
      ¿No tiene ideales? ¿cómo que no? quiere educación para todos, igualdad de oportunidades, no revoluciones sociales que es lo que era aquello en cuanto estalló la guerra e incluso mucho antes, AMM está "denunciando" que los "propios" eran tan cafres y estaban igual de locos que "los otros", pero no todos, ni todos "los otros" (la familia de Adela, salvo su hermano) ni todos "los unos" (Ignacio Abel, Rossman...)

      Recurso literario: ese odio que siente por la familia de Adela es por un motivo estético, no ético; sabe que son buena gente pero viven como en otro siglo, sin enterarse de que "El mundo de ayer" ya no existe... Eso lo usa AMM para poner de manifiesto que ese "feísmo" ese "problema estético" también lo tenían la opciones radicales de izquierdas, de ahí que Rossman insista tanto en la transformación física de su hija en la URSS

      Eliminar
  7. A ver si me acuerdo de volver para comentar "la vida entera" que a mi me caló.El de Muñoz Molina no lo he leido.

    ResponderEliminar