miércoles, 24 de abril de 2013

¿Laura es culpable?


Escribo esto porque algo había que decir y, en vista de que no nos ha entusiasmado (o directamente os ha espeluznado) supongo que me corresponde a mí hacerlo. 

Es cierto que es terriblemente complicado defender un libro cuando la historia de sus protagonistas deja de ser importante o, por decirlo mejor, cuando la historia de sus protagonistas le importa un carajo al lector pero hay algo que me llama la atención y quería consultarlo con vosotros, queridos compañeros del CT... El principio, en la medida en la que recuerda a una saga familiar que nos encontramos con frecuencia en la novela hispanoamericana (todos hemos mencionado en algún momento La casa de los espíritus), parece que nos ha gustado, y es cuando Laura se desdibuja (Laura, o su familia) cuando la novela empieza a ser ardua a pesar de que no cuenta nada que nos sea del todo desconocido (la mitología alrededor de la Revolución es abrumadora y nos ha llegado, la guerra -o mejor dicho el exilio de la guerra civil- ni te cuento, la caza de brujas, Frida Kalho y Diego Rivera, Trosky, la matanza en la plaza de las tres culturas... todo, absolutamente todo está inmerso en la cultura occidental) no será, oh mis queridos compañeros del CT, que en realidad lo que no tiene importancia, aquello con lo que no hemos conseguido conectar, es con la historia de México "en sí"... y no tanto porque no sea fascinante, que sin duda lo es, sino por el hecho de que está vertebrada por una mujer imposible, que está pero no está, que está metida en todos los charcos pero no se implica, o no nos implica en sus vivencias... ¿por qué Laura nos cae bien cuando es una niña, cuando matan a su hermano Santiago, cuando aún no ha nacido, pero no cuando se casa y empieza a ser un ser más o menos autónomo?

Laura es una excusa para contarnos la historia de México ¿es una mala excusa? ¿es Laura, como personaje, el problema?

4 comentarios:

  1. Desde el teléfono no puedo contestarte como te mereces. Con más extensión y profundidad, pero hasta que tenga delante un teclado te digo que Carlos Fuentes falla en la historia como gancho y en las subhistorias del árbol narrativo. Y esos dos fallos hacen que la historia de México que es la que le interesa contar quede oculta bajo ese maremágnum de historias.

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  2. El líder (que por algo es líder) no anda falto de razón...pero doy un paso más: no, la historia de México me interesa en la medida que es el hilo conductor de la historia de Laura. Si lo importante es la historia de México, que escriba un libro sobre la historia de México.

    Me repito, pero es un casi. Es como si el autor no supiera en qué centrarse y al final no se centra en nada y se pierde y nos pierde por el camino.

    Laura no me gusta porque no la entiendo, hace cosas porque sí, totalmente salidas de la nada y no le veo ninguna coherencia ni ninguna lógica.

    Y sigo pensando que lo del hijo es, como poco, perturbador. Haré un minipost sobre el tema el fin de semana

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  3. La Historia de México (la reciente), y en general la de todos los países sudamericanos, es muy desconocida para mí, y creo que para todo el mundo. Si me quitas a Zapata, no sabría decirte qué les pasó en el siglo XX. Bueno, ni en el XIX, ni en el XVIII... O sea, que voy de Moctezuma a Pancho Villa, lo reconozco.

    La historia de Laura no es mala, si se hubiera concentrado en ella y hubiera sabido pintar el fondo. Pero es como esas fotografías en las que no hay un objetivo principal, en donde quieres sacar todo: el niño, el paisaje, los columpios, el mar, el ambiente y esa nube tan curiosa. te queda una foto de tantas.

    Debería haber hecho dos libros, y así yo hubiera leído uno.

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  4. Bastante de acuerdo contigo, Carmen. Es demasiado difuso y el que mucho abarca, poco aprieta.

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