jueves, 30 de mayo de 2013

Varios

No fui capaz de escribir un post el mes anterior (shame on me, pero lo único que se me ocurría era "menudo rollo más mortal de libro" y esa frase no da para un post, a menos que la repitas muchas veces, y tampoco era plan. Así que me tengo que resarcir este mes.

Problema: que se me ha enfriado el libro. Que hace cuatro semanas tenía montones de cosas en la cabeza y ahora todo me parece muy tonto y con muy poca chicha...así que esto es un poco un batiburrillo de cosas que me llamaron la atención y lo que se me ocurra al respecto.

"Es fácil comprender y describir los privilegios privados. Lo que resulta más difícil es transmitir el abismo de miseria pública en que hemos caído"

Y lo vemos a todos los niveles, públicos y privados. Y una crispación por todo que me supera. Twitter es un recipiente en el que todo el mundo vuelca su ira contra todo aquel que no piensa lo mismo, deseando su muerte, destrucción y completa eliminación. Y eso es también parte de la miseria pública. Porque yo no sé vosotros, pero yo no percibo ese nivel de crispación en mi entorno 1.0...igual es porque es relativamente privilegiado al no estar casi castigado por la crisis.

"Cuando pagamos impuestos, damos muchas cosas por supuestas de nuestros conciudadanos. En primer lugar, suponemos que ellos también van a pagar sus impuestos; de lo contrario, pensaríamos que la nuestra es una carga injusta y acabaríamos dejando de pagar. Segundo, confiamos en que aquellos a los que hemos dado un poder temporal sobre nosotros recauden el dinero y lo gasten de forma responsable" como diría Carmen, me deslolo. Y poco más se puede decir.

"Pero si todos somos "demócratas", ¿qué nos distingue ahora? ¿Qué es lo que defendemos? Sabemos lo que no queremos: de la amarga experiencia del siglo pasado hemos aprendido que hay cosas que los Estados definitivamente NO deben hacer. Hemos sobrevivido a una era de doctrinas que pretenden decir, con un aplomo alarmante, cómo deben actuar nuestros gobernantes y recordar a los individuos - mediante el empleo de la fuerza en caso necesario - que quienes están en el poder saben lo que es bueno para ellos. No podemos volver a todo esto"

A mí me da un miedo atroz que ahora aparezca un "salvapatrias" prometiendo trabajo y pan. Pero mucho miedo, porque creo que ganaría. Y lo peor es que podría llegar a entenderlo. A ver si lo sé explicar. Creo que todos tenemos una balanza en la que ponemos libertades en un lado y seguridades en otro. Y cada uno tiene su punto de equilibrio. Personalmente, estaría dispuesta a que me despelotaran plenamente en el aeropuerto si con eso tuviera la garantía de que no iba a haber nunca más un malo subido a un avión. O que me cotillearan el correo. Me compensaría. Pero es una medida personal, entiendo que haya mucha gente para la que sea más importante su privacidad, porque ideológicamente lo es y debe serlo. 
Pero claro, los principios no se comen. Y algunos, los que no somos idealistas ni revolucionarios (vamos, es que tengo claro que si el mundo ha avanzado no ha sido precisamente gracias a gente como yo) tenemos eso demasiado presente. Y yo entendería que el tío que lleva años en paro vote al que le venga jurando y perjurando un trabajo en condiciones, y que no mirase más allá. No sé si lo he explicado como quería o he quedado como una absurda y una persona horrible.

Y ahora a dormir, que vaya horitas.

2 comentarios:

  1. Es que estamos muy mal acostumbrados. Creemos que los políticos son como los reyes magos o como bienvenido Mr Marshall. Con que sean eficaces y molesten poco ya es bastante.

    Es que también tenemos lo que nos merecemos. Llega un tío diciendo que va a crear puestos de trabajo y que la economía va a crecer no sé cuánto y nos lo creemos?

    Lo que hay que pedir es eficacia en el uso de los recursos públicos. Dentro de eso, que se hagan más carreteras o se subvencionen las guarderías va por partidos, pero eso, que es lo que debería exigirse, es lo último de la lista.

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  2. El problema es que te van a despelotar e el aeropuerto de todas formas, y no te van a garantizar que el malo no esté en el avión. Yo creo que eso es como lo del ahorro del agua, que nos piden a nosotros que ahorremos, cuando ellos no se ocupan de que no haya fugas en las canalizaciones, o nos ponen radares en las carreteras más seguras y nos dejan que nos matemos en las inseguras. Es el abismo de la miseria pública, en donde ya no hay exigencia de ninguna clase.

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