jueves, 20 de junio de 2013

Seres mitológicos

He hecho el firme propósito de comentar algo de todos los libros que leemos (y lo estoy consiguiendo a veces...vamos, que no lo estoy consiguiendo). Pero como muestra de mi buena voluntad aquí va una reflexión: no hay nada como morirse.

Porque en ese momento pasas a ser parte de la mitología familiar, de tus amigos y conocidos, y de todos los que pasaron aunque fuera brevemente por tu vida...y si no, mirad a Paula, la gente lloraba al ver su amor, su marido improvisaba las palabras más rimbombantes (y cursis, por cierto) para atarla a la vida y todo esa palabrería que a veces se le va de las manos a la señora Allende.

Y Paula deja de ser persona desde antes del libro, es un ser mitológico, sus sobrinos sólo sabrán de ella lo mágica y especial que era y ese amor tan suliveyante que tuve...y el mundo sólo sabrá eso de ella. Porque no hay nada como morirse.

Te mueres y dejas de ser todo lo que eras, en todos los sentidos, obviamente. Pero dejas de tener defectos, que te hacen ser quien eres y como eres. Dejas de ser quien eras y también en el recuerdo. Como mucho, y si tienes suerte, esos defectos se transformarán en cosas políticamente correctas (no eras rara, sino especial...), total, que mejor no morirse.

Y en lo que respecta al libro, este es otro de los fallos que le veo, nos presenta a una Paula un tanto irreal, y seguramente eso también influye, o a mí me influye, y me distancia de Paula y de lo que le pase, y por tanto, de lo que le cuente su madre.

Espero que no haya quedado muy burro.

1 comentario:

  1. Ciertamente es así, nada que objetar, aunque sí algo que añadir. No es solo Paula la sinmancha. Son todos. El abuelo supercalifragilístico, la granny que quiere a los nietos como a nada y cuando se van se muere, las aventuras de Isabel Allende también son aventuras sin par. Es cierto que esto lo hace en grado superlativo con Paula, pero nada queda exento de la exageración. Y eso, a mí, termina cansándome.

    ResponderEliminar