sábado, 8 de marzo de 2014

El uso de la palabra social en La casa de la alegría

La casa de la alegría se desarrolla en un ambiente social muy particular, como es la clase alta neoyorkina de principios de siglo XX.

Contrapuesto a la idea que hoy en día tenemos de lo social, la idea de interrelación, de "partage", de mantequilla con la que extender la igualdad, de beneficio comunitario, en La casa de la alegría lo "social" se refiere al ambiente cerrado, restringido, propietario: una especie de prisión alegre en la que todo el mundo quiere entrar, pero en el que el derecho de entrada es caro en lo económico y en lo personal. Se trata, La casa de la alegría, de una casa en la que no hay escaleras, tan sólo puertas cerradas que raramente se abren hacia dentro.

Se lee mucho la palabra social en este libro. "Todo" es social. Y el adjetivo no sólo matiza, sino que cambia radicalmente el sentido del nombre al que va atribuido, y lo hace pasar de algo abierto y humano, a algo cerrado y opresivo.

Me he distraído recopilando los conceptos que, de pronto, son llamados sociales y recogen ese atributo, aunque en ese sentido restrictivo. Algunos son intuitivos y bastante usados, pero hay otros muy sorprendentes. Veamos cómo utiliza Edith Wharton la palabra "social":

- Personalidad social
- Inquietud social
- Ascenso social
- Ascendencia social
- Aislamiento social
- Mezquindad social
- Círculo social
- Conveniencia social
- Disciplina social
- Damas socialmente oscuras
- Talento social
- Ambición social
- Hábito social
- Relaciones sociales
- Fluctuaciones sociales
- Escenario social
- Sanción social
- Axioma social
- Reconocimiento social
- Criterio social
- Escala social
- Contacto social
- Aptitudes sociales
- Rehabilitación social
- Suburbio social
- Estercolero social
- Vida social
- Diferencia social
- Experiencia social
- Indolencia social
- Existencia social
- Inexistencia social
- Corriente social
- Antagonismo social
- Posición social
- Norma social
- Crédito social
- Desarrollo social
- Tapiz social

No descarto haberme saltado alguna, porque ya veis que la variedad y el número de veces en los que utiliza la Wharton la palabra es enorme. Pero me ha parecido una buena idea para mostrar dónde se desarrolla el libro, y para hacer entender que, en realidad, el verdadero protagonista en este libro de Edith Wharton es ese entorno social cerrado sin el cual, la historia de Lily Bart (aparente protagonista) no tendría ningún sentido.



4 comentarios:

  1. Yo no me había dado cuenta de eso. Es cierto que es apabullante la cantidad de veces que aparece. Y ya entrando en harina, me parece que ese retrato social es descarnado, pero ya. La autora misma vivió en ese ambiente toda su vida. Le podía parecer horroroso, pero más horroroso le debía de parecer lo que había fuera.

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  2. Pues entonces el uso frecuente de la palabra tal vez no hace que en la novela sea protagonista, sino que demuestra una cierta "obsesión" de la autora. No sé, a mí me chocó la cantidad de veces que hace referencia a lo social. Y eso que he descartado casi todos los adverbios (menos uno, que me ha parecido muy curioso).

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  3. Se me había pasado por alto, aunque es verdad que lo social, referido a cierta sociedad, es la razón de ser de este libro y de la obra de Edith Wharton. El mismo Henry James le aconsejo a escribir sobre la sociedad de Nueva York con estas palabras "Do New York... the first hand account is precious" ("dedícate a Nueva York... la experiencia propia es lo más precioso").

    Y es que es normal la obsesión de la autora, y además con un poso de mala leche, si tenemos en cuenta que ella sufrió mucho ese concepto de lo social, que le costó un matrimonio de conveniencia y un posterior y voluntario exilio.

    ND tiene razón en decir que más horroroso debería ser lo que había fuera de ese círculo, pero claro, a veces los árboles no dejan ver el bosque, y dudo mucho que la gente de su clase fuera capaz de ser realmente consciente de lo que había fuera.

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  4. Fuera de esa sociedad habría de todo, supongo. Quizá una burguesía normalita, con sus honrados comerciantes y médicos...

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