Pues parece ser que llega el momento de hablar del padre, de Franklin. He de decir que yo no lo tengo en tan mala estima como Livia y Bichejo. Es cierto que también aparece como un estereotipo. El americano triunfador y amante de su país. El típico chico sanote que no me acuerdo si jugaba al fútbol americano o al beisbol, pero a algún deporte.
Es el que quería tener hijos y el que presionó hasta convencer a Eva para tener a Kevin y, sin embargo, se tomó casi como una jugarreta el que Eva se quedara embarazada de Celia.
Su principal defecto, pero que precisamente es lo que para mí lo humaniza, es que quiere demasiado a Kevin como para darse cuenta de lo malo que es. Kevin se lleva por delante su matrimonio y él sigue sin creer a Eva, a la que acusa de que está celosa de la buena relación entre Kevin y él, y él sigue creyendo y queriendo a Kevin. Ese niño con el que una vez a la semana juega al frisbee o le acompaña a tirar flechas en el jardín de casa. Y el caso es que puedo entenderlo perfectamente. Puedo entender ese amor que no te hace darte cuenta de la realidad, que te hace negarla una y otra vez hasta que revienta delante de ti. Siendo un libro tan terrible, para mí el dolor máximo no es el de Eva, sino el de Franklin en ese momento en el que corre a ayudar a Celia, se da cuenta de que su hijo la está asaeteando y su hijo se vuelve hacia él y le dispara con la ballesta. Si hay un momento en el que se puede romper un corazón, es ese momento. Supongo que en ese momento pasaría toda su vida ante sus ojos y vería que ha suspendido... tiene que ser terrible.
Para mí el problema es que él quiere a una imagen de su hijo que no es real. Seguramente no pasa el suficiente tiempo con él para darse cuenta de cómo es su hijo y ese es su defecto, pero no el amar a su hijo y creer lo que dice.
Identificado su problema, no debemos olvidar que lo vemos a través de los ojos de ella por lo que tampoco tenemos una visión exterior (y objetiva, si eso fuera posible) de la historia. Es cierto que cuando le dice que quiere separarse, que ya no puede confiar en ella, parece el malo de la película. También hay otra parte extraña y es, como he dicho antes, el escaso amor que siente por Celia a la que siempre está haciendo burlas y diciendo que es una llorona. Esa idolatría por Kevin y ese cierto desprecio o decepción con Celia, esa ambivalencia en su papel de padre es algo desconcertante.
En fin, que es estereotípico en su faceta exterior. Tiene comportamientos diferenciados hacia cada miembro de su familia. Pero a mí no me parece mal que crea a su hijo, porque no es un comportamiento racional, es emocional y, aunque nos parezca que nosotros nos daríamos cuenta, o que nosotros lo haríamos de otra manera, mejor; eso no lo sabemos. Los sentimientos no son, o no deberían, ser fáciles de juzgar.
Es el que quería tener hijos y el que presionó hasta convencer a Eva para tener a Kevin y, sin embargo, se tomó casi como una jugarreta el que Eva se quedara embarazada de Celia.
Su principal defecto, pero que precisamente es lo que para mí lo humaniza, es que quiere demasiado a Kevin como para darse cuenta de lo malo que es. Kevin se lleva por delante su matrimonio y él sigue sin creer a Eva, a la que acusa de que está celosa de la buena relación entre Kevin y él, y él sigue creyendo y queriendo a Kevin. Ese niño con el que una vez a la semana juega al frisbee o le acompaña a tirar flechas en el jardín de casa. Y el caso es que puedo entenderlo perfectamente. Puedo entender ese amor que no te hace darte cuenta de la realidad, que te hace negarla una y otra vez hasta que revienta delante de ti. Siendo un libro tan terrible, para mí el dolor máximo no es el de Eva, sino el de Franklin en ese momento en el que corre a ayudar a Celia, se da cuenta de que su hijo la está asaeteando y su hijo se vuelve hacia él y le dispara con la ballesta. Si hay un momento en el que se puede romper un corazón, es ese momento. Supongo que en ese momento pasaría toda su vida ante sus ojos y vería que ha suspendido... tiene que ser terrible.
Para mí el problema es que él quiere a una imagen de su hijo que no es real. Seguramente no pasa el suficiente tiempo con él para darse cuenta de cómo es su hijo y ese es su defecto, pero no el amar a su hijo y creer lo que dice.
Identificado su problema, no debemos olvidar que lo vemos a través de los ojos de ella por lo que tampoco tenemos una visión exterior (y objetiva, si eso fuera posible) de la historia. Es cierto que cuando le dice que quiere separarse, que ya no puede confiar en ella, parece el malo de la película. También hay otra parte extraña y es, como he dicho antes, el escaso amor que siente por Celia a la que siempre está haciendo burlas y diciendo que es una llorona. Esa idolatría por Kevin y ese cierto desprecio o decepción con Celia, esa ambivalencia en su papel de padre es algo desconcertante.
En fin, que es estereotípico en su faceta exterior. Tiene comportamientos diferenciados hacia cada miembro de su familia. Pero a mí no me parece mal que crea a su hijo, porque no es un comportamiento racional, es emocional y, aunque nos parezca que nosotros nos daríamos cuenta, o que nosotros lo haríamos de otra manera, mejor; eso no lo sabemos. Los sentimientos no son, o no deberían, ser fáciles de juzgar.