Escribo esto porque algo había que decir y, en vista de que no nos ha entusiasmado (o directamente os ha espeluznado) supongo que me corresponde a mí hacerlo.
Es cierto que es terriblemente complicado defender un libro cuando la historia de sus protagonistas deja de ser importante o, por decirlo mejor, cuando la historia de sus protagonistas le importa un carajo al lector pero hay algo que me llama la atención y quería consultarlo con vosotros, queridos compañeros del CT... El principio, en la medida en la que recuerda a una saga familiar que nos encontramos con frecuencia en la novela hispanoamericana (todos hemos mencionado en algún momento La casa de los espíritus), parece que nos ha gustado, y es cuando Laura se desdibuja (Laura, o su familia) cuando la novela empieza a ser ardua a pesar de que no cuenta nada que nos sea del todo desconocido (la mitología alrededor de la Revolución es abrumadora y nos ha llegado, la guerra -o mejor dicho el exilio de la guerra civil- ni te cuento, la caza de brujas, Frida Kalho y Diego Rivera, Trosky, la matanza en la plaza de las tres culturas... todo, absolutamente todo está inmerso en la cultura occidental) no será, oh mis queridos compañeros del CT, que en realidad lo que no tiene importancia, aquello con lo que no hemos conseguido conectar, es con la historia de México "en sí"... y no tanto porque no sea fascinante, que sin duda lo es, sino por el hecho de que está vertebrada por una mujer imposible, que está pero no está, que está metida en todos los charcos pero no se implica, o no nos implica en sus vivencias... ¿por qué Laura nos cae bien cuando es una niña, cuando matan a su hermano Santiago, cuando aún no ha nacido, pero no cuando se casa y empieza a ser un ser más o menos autónomo?
Laura es una excusa para contarnos la historia de México ¿es una mala excusa? ¿es Laura, como personaje, el problema?