sábado, 14 de septiembre de 2013

En defensa de John Irving y de la paz familiar

Como sabeis todos los que seguís este club, en España y en el extranjero, las normas para pertenecer a él son exigentes y conciernen a diversos aspectos que tienen que ver en algunos casos con el valor del compromiso y en otros con el valor a secas. Entre las primeras está el leerse el libro, claro, y después escribir un par de post, uno en tu propio blog y otro en este que estais leyendo ahora. Hablando del libro o del autor a ser posible, aunque, como el niño del Sexto sentido, en ocasiones yo también veo muertos...

Este mes hemos leído la última noche en Twisted River, una novela de John Irving, que es un autor de renombre, un autor muy seguido, amado, incluso venerado por muchas personas. Entre ellos, Bichejo, que fue quien propuso el libro, y Juanjo, quien ha descubierto con él a este autor y ha caído en una suerte de enamoramiento por concentración que hace que se esté leyendo toda la bibliografía del autor de una tacada. Yo calculo que cuando termine con sus novelas, empezará a leer sus ensayos, luego sus artículos, continuará con sus entrevistas y así seguirá hasta que no le quede otro remedio que leer su epitafio. Pero bien, a cada uno le gusta una cosa y eso es lo bonito y encantador de este club de lectura, que es club de ventura.

Yo no puse verde a John Irving en mi post, sino que critiqué lo pesado que se me hizo el libro. La última noche en Twisted River es un libro inflado de páginas, de historias, de hilos de los que tirar. Y claro que una novela debe tener coherencia y claro que un autor debe encajar todas las piezas de la trama. Lo que yo critico de este libro es que el autor abre melones sin ton ni son, pone muchas piezas en el tablero, cuantas más mejor, irrelevantes o con poca enjundia en muchos casos, para luego darse el gusto de hacerlas encajar. Y lo que yo digo es que el autor hace un ejercicio de técnica literaria a costa de los lectores, y esto me parece un abuso. Pero, y vuelvo a lo que digo más arriba, me cuesta creer que Irving sea un truño, porque lectores con más y mejor criterio que el mío lo veneran. Entre ellos, mi querida hermana mayor, que me escribe sobre el asunto.
Carmen,
No hay quien te pille y además harás como siempre: decirme que ya hablaremos y cambiarme la conversación. Como no creo que tengas tiempo ni ganas para discutir conmigo sobre John Irving, voy a darte mi opinión de todas formas, y quiero que sepas que me importa bien poco si no te interesa. Entre otras razones, porque me has tocado las narices y John Irving forma parte del elenco de mis " vacas sagradas" en literatura norteamericana.

No sé cómo has llegado a la lectura de " La última noche...". Efectivamente, ésta novela, junto con " Until I find you", que apareció hace dos veranos, sólo pueden estar cómodas en el cubo de la basura. Irving recurre a la metaliteratura para exorcizar sus pesadillas de niño y, con escaso o nulo acierto, lo que consigue es reventar una pústula llena de excrecencias obsesivas. Purita caca, vaya. Imagino a Irving en su despacho de Maine haciendo un corte de mangas a su editor.

Estos libros que cito adolecen de las mejores cualidades literarias de Irving hasta tal punto que, al leerlos, parece que estamos ante el caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide. Irving es magistral en la descripción psicológica de la personalidad huérfana, sesgada en algún momento de su existencia por un determinado trauma o carencia vital. Oliver Twist y David Copperfield relatan sus vicisitudes para el lector desde su perspectiva contemporánea, por ello nos describen sus infortunios con una verosimilitud magistral, sí, pero que no profundiza más allá de un punto decoroso porque la era de Dickens no podía concebirlo. Irving sí lo hace - en otras novelas -, John Irving sí profundiza en la elaboración literaria de sus caracteres, vaya si lo hace. Maneja con precisión de entomólogo gran parte de los recursos descriptivos que le vienen dados por la literatura inglesa, pero lo mejor es su capacidad para adecuarlos a las vicisitudes del hombre actual.

Con el mayor placer continuaría mi disertación sobre Irving, pero como no me vas a hacer ni caso, al menos te recomiendo dos obras maestras: " A widow for one year" y " The cider house rules". El cine se las cargó, ambas dos, el puto cine que destroza obras maestras. Nuestro consuelo, el de los que adoramos a John Irving, es que ahí siguen y seguirán mientras el mundo sea mundo.

Con cariño, MJ

Bien. No me tengo por mujer valiente. En la disyuntiva de "lucha, ríndete o huye", nunca descarto la huída o la rendición, que suelen ser más cómodas y cortas, y además te permiten pensar lo que te dé la gana. Así que después de un día entero paralizada por la duda y sin saber si había perdido una hermana o me iba a ganar una torta, contesté a su mail echándole toda la culpa a Bichejo, poniendo a Juanjo como ejemplo, apoyándome en Liviadru (una filóloga como tú, le decía) y quitando importancia a la opinión de Desgraciaíto, ese lector disperso. O sea, que me rendí. Para terminar escribiendo, ya en el inicio de la huida:

... Para que veas que no soy un talibán literario, regálame para Navidad el más corto de los dos que me recomiendas y te prometo leerlo y escribir un post si me gusta. Ah, y si me das tu permiso, me gustaría usar tu escrito para componer otro post con el que pueda dar salida a tu opinión y me permita transcribirla tal cual la has escrito. ¡No se me ocurre otro modo de compensar el desaire!

Sólo puedo atribuir a mi debilidad el tener que tragarme otro libro de este hombre, aunque mi tolerancia innata y el cariño que tengo a mi hermana (y a su gusto literario) me haga buscar la fe y la fuerza que me faltan. Así que me hizo promesa de obsequiarme "...una joya literaria. Una auténtica exquisitez, una perla eterna en fin, como son sólo aquellas que nos redimen de la chabacanería al uso. Para que tu propia colección de argonautas: Roth, Barnes, Russo, Mailer y compañía adquieran su justa medida y valor al alinearse con el " Príncipe de Maine, Rey de Nueva Inglaterra". Un viaje literario, delicioso en su trayecto y trascendente en su fin último: auténtica literatura."

Sí, yo también detecté un ligerísimo poso de ironía. Era eso, o venganza. En fin, todo sea por la paz familiar.

3 comentarios:

  1. Esto de escribir de pm es algo de familia, no?

    Me ha encantado lo que ha escrito tu hermana y me ha encantado mucho más lo de que te mande un correo para hablar de un libro. Genial.

    ResponderEliminar
  2. Yo no es que desconfíe de tu hermana, ni mucho menos, pero como lector disperso ya dije que hace tiempo intenté leerme el de príncipes de Maine y lo dejé por imposible a las treinta páginas.

    Suerte, valor y al príncipe!

    Ah, y de corto nada, que son más de ochocientas páginas.

    ResponderEliminar
  3. Lo mejor de todo es que me ha dado el post hecho.

    ND, en realidad, no le dije eso de tí, sino que jolín, eras uno entre cuatro (yo me quité del lio como pude). XDD

    No sé lo que me traerá, pero creo que me va a poner deberes!

    ResponderEliminar