Siguiendo con la serie sobre Algo va mal de Toni Judt y alejándonos totalmente de los valores literarios del libro (que los tiene) y siguiendo por el lío político y económico y sin entrar todavía (para desilusión de Livia) en el terreno de explcar como el liberalismo no es la destrucción de "todo lo que era sólido"; quería hablar un poco de una parte que trata el libro y que creo que está mal justificado o explicado. También tengo que decir que ni soy economista, ni historiador, ni nada que se le parezca por lo que puede que lo que vaya a decir no sean más que barbaridades sin sentido, pero para mí sí que lo tienen.
En primer lugar, resumiré un poco lo que se dice en el libro. Lo haré un poco así a lo loco porque no tengo las notas ni los subrayados. La idea de Judt es que los servicios que presta el Estado, normalmente monopolísticos, y que deciden venderse y conformarse como empresas privadas, suponen una gran pérdida para el conjunto de la sociedad y el enriquecimiento de unos pocos. Además muchas veces conlleva la obligación de una garantía estatal de beneficios mínimos que hay que hacer frente en caso de que la empresa, por sí misma, no los consiga.
Bien, el hecho de que se venda un servicio que dependía del Estado (pongamos por ejemplo una compañía telefónica) no quiere decir que la sociedad pierda algo con ello per se. Lo que el Estado debería garantizar es que no se produce abuso por parte de esa compañía al partir en una situación monopolísitca o casi y convertir una empresa que no tenía como objetivo ser rentable en una que sí. A primera vista puede que no lo parezca, pero son dos cosas incompatibles. Por un lado se quiere el beneficio y por otra que no abuse de los clientes ni de su posición de preponderancia. Se quiere que mantenga la estructura y a la plantilla, pero a la vez se quiere que compita y no repercuta esos costes en el cliente. Y además se quiere ingresar mucho dinero para tapar agujeros en las cuentas de la administración. Si algo de todo esto sale mal, la culpa es del capitalismo, con lo bien que estábamos antes... pues no, la culpa es de hacer las cosas mal.
Hay maneras de privatizar garantizando la competencia como dividir la empresa en otras más pequeñas que compitan entre sí o que se presten servicios complementarios. El plantear formas en las que se pueda adaptar la plantilla a las nuevas situaciones también es complicado porque normalmente los trabajadores son asimilables a funcionarios, incluso puede que lo sean; de manera que una plantilla, generalmente hiperdesarrollada para el trabajo que tiene que realizar, tiene que mantenerse a costa o de que los usuarios paguen un sobrecoste por el servicio y por mantener esos puestos de trabajo o que sea el Estado el que se haga cargo de las pérdidas que ocasiona una empresa ineficaz en la que no se pueden tomar decisiones como reducir la plantilla. ¿Qué es mejor? Si me preguntaran a mí, lo mejor es no tener monopolios, no haber creado esa hidra que se come muchos más recursos que los que genera, pero como eso no es posible...
Integrar esos monopolios en la economía competitiva es muy difícil. Hay que pensar que en el caso de España dependían del Estado (en todo o en parte, mayormente en todo) las compañías eléctricas, telefónicas, petroleras, de aviación, de autobuses, de aguas, los ferrocarriles... son las que me vienen a la cabeza en este momento, pero supongo que habrá muchas más.
¿Y por qué no mantenerlos en el Estado? Pues porque mantener con el dinero asegurado de los impuestos de los ciudadanos servicios que no son esenciales llevan a pagar un sobrecosto por ellos y, además, de manera obligatoria; uses o no uses el servicio que prestan. Muchas veces a eso se le llama solidaridad, pero al no ser algo voluntario no sé yo si tiene algún valor. Si tú no puedes elegir...
Lo que permite el mercado es elegir. Elijo de entre lo que hay lo que más me conviene. Ahora puedo elegir qué compañía de teléfonos quiero y con qué servicios. ¿Os acordáis cuando Telefónica decidió cobrar por que en la pantalla del fijo de casa te dijera quién era el que llamaba? Eso solo puede pasar cuando una empresa tiene la sartén por el mango y al cliente le toca tragar: son lentejas, o las comes o las dejas.
Es cierto que hay otros sectores en los que no hay posibilidad de elección o esta es muy limitada como con las compañías eléctricas y así estamos. Pagamos más del doble que hace diez años por la luz. He encontrado esta referencia de que en cinco años ha subido un 70%. Cierto es que a eso hay que sumar lo que pagamos indirectamente, queramos o no, por las subvenciones a las renovables, más las cosas esas infames del déficit de tarifa, que parece ser que pagamos poco. El caso eléctrico es paradigmático en cuanto a hacer las cosas mal por todos los puntos de vista. Es una sangría para el Estado y para el consumidor. Claro que de eso la culpa la tienen los mercaos.
La única justificación más o menos decente que se da en el libro es la de que muchas veces esas empresas privatizadas se dejan sin inversiones y se intenta sacar el máximo posible de ellas llevándolas directamente a la ruina privando a la sociedad de un servicio que antes tenía. Es cierto. Pero también tienes que ver a quién se la vendes, claro, y en qué condiciones. Si tú quieres que no se despidan a los trabajadores, llevarte un buen pellizco por venderla, que siga prestando sus servicios, que se gaste dinero en mantener las instalaciones o en ampliarlas y que no pueda subir el precio al cliente... pues ¡la gallina! Es imposible. Y en esas condiciones... ¡haber elegido muerte!
Al final siempre hay alguien que paga, normalmente nosotros, y en estas situaciones creo que es mejor: pagar solo por lo que se usa, poder elegir entre varias posibilidades, destinar el dinero de los impuestos a pagar servicios que sí da el Estado y no a subvenciones a lo que no debería.
Los monopolios son un ejemplo de lo que es el ansia del Estado por crecer sin mesura y la manera de deshacerse el Estado de estos servicios, normalmente deficitarios, es otro ejemplo de cómo no hacer las cosas y de cómo normalmente es mejor que la iniciativa privada se encargue de según qué cosas. Busca la rentabilidad, sí. Pero ¿es que eso no lo buscamos todos?
Bueno, pues hasta aquí he llegado. Me da miedo revisar lo que he escrito y no sé si tendrá algún tipo de coherencia, espero que sí. Y si no, la culpa no es mía, ¡es de los MERCAOS!
"Integrar esos monopolios en la economía competitiva es muy difícil. Hay que pensar que en el caso de España dependían del Estado (en todo o en parte, mayormente en todo) las compañías eléctricas,..." lamento contradecirte pero en el caso de las compañías eléctricas lo que dices no es correcto, mas bien al contrario, ya que de las grandes compañías sólo ENDESA (30% de la potencia instalada) era de origen estatal, siendo el resto de compañías privadas.
ResponderEliminarEl alto coste de la energía en España es en gran parte por el despropósito de las renovables. Aquí queremos ser más ecologistas que nadie, y pagamos subvenciones a la energía eólica (3 veces el valor del kwh normal) y fotovoltaica (10 veces). También subvencionamos a las Centrales Térmicas para que quemen carbón nacional que es malo y caro, además de anti-ecológico. Subvencionamos una cosa y su contraria y luego queremos que la luz nos cueste menos que en Francia donde la producción es en su mayor parte de origen nuclear.
Touché. Bueno, lo cabiamos por que era un oligopolio sin competencia y con precios sin intervención del mercado y fijados por el Estado.
ResponderEliminarY respecto a las subvenciones... pues ahí ya sí que es el acabóse. Porque lo pagan los usuarios y el Estado. Cobran por una energía más cara al cliente y el Estado les paga las subvenciones por que no es una energía competitiva. Claro, las eléctricas no son tontas y aceptan.
No recuerdo a nadie quejarse por la privatización de telefónica en sí sino de la forma en la que se (regaló) privatizó…
ResponderEliminarEl Estado debe de hacerse cargo de las empresas que son per sé deficitarias, o que han de serlo ¡por supuesto que puedo hacer negocio con un hospital! pero, sencillamente, no debo, porque hacer negocio implica rechazar pacientes y dado que la salud es un asunto público el Estado tiene la obligación de asegurarse de que todos estemos sanos; la educación tres cuartos de lo mismo, por experiencia sé que nadie que pretenda hacerse rico abre un colegio, se gana una miseria en caso de que cuadren las cuentas, y por eso debe hacerse cargo el estado (en las cooperativas de profesores la idea no es hacer negocio sino garantizarse el trabajo fuera del sistema público por el motivo que sea)
Telefónica, Endesa y el resto de compañías que fueron públicas en su día (había hasta una editorial pública que desmontó el PSOE en cuanto llegó al poder en el 82) nacen en momentos en los que hacía falta una fuerte inversión estatal para garantizar la viabilidad del sistema así como su reparto (poner líneas por todas partes, en pueblos de 3 habitantes, me juego el cuello a que cuesta un pastizal que no se recupera)
Resumiendo, no me hagas trampa, telefónica está bien siendo privada (aunque podrían haberla privatizado en condiciones) pero ¿Renfe? ¿qué posibilidad hay de competencia en Renfe si los trenes van por vías? R.U. avisa de que es un error, en EEUU no hay tanto tren como sería necesario porque el Estado no asume tirar las líneas...
¿Renovables? pues mira, creo que se está haciendo mal y si se tratara de empresas privadas yo diría que están directamente lavando dinero, pero ahí tenemos un problema, las energía no renovables se acaban, que para algo son "no renovables", el petróleo da problemas geopolíticos mil, la nuclear es un "sí pero" y, sobre todo, los beneficios no sólo han de mirarse en función de cuánto dinero nos cuestan...
Das por hecho que la privada lo haría mejor, discrepo en los tres campos citados (en el resto me da igual, no me parece que sean tan esenciales) educación (claro que hay privada pero cuando esta hacía lo que le daba la gana -la religiosa post franquista- nacieron los conciertos, que nacieron para controlar la situación que debía ser controlada para que el cura Pepe, licenciado en teología, no diera 17 materias de las que no tenía ni papa) sanidad (la pública funciona mal curiosamente en aquellos sitios donde va a ser privatizada, construímos 8 hospitales sin medios de cara a las elecciones y después lloramos para privatizarlos... si funciona mal se puede arreglar, pero miro allá donde la sanidad es privada y me dan escalofríos) y los trenes (por las vías más que nada, manías que tiene una XD) Seguramente hay alguno más, pero ahora mismo no se me ocurre ¿sistema de pensiones? pues seguramente, porque con lo que ingresamos de cara a la futura pensión se paga la educación de los que nos siguen y la pensión de los que nos preceden, si la hacemos privada mmmm... No sé, tendría que pensar, vuelvo a mencionar a egócrata, el estado debe ser una gran compañía de seguros... y nada más :P
Psi... o psno... no sé. A ver, me molesta mucho la idea de que algo que hace el estado debe ser ineficiente y está mal gestionado (idea por otra parte absolutamente cierta en el caso de España) porque no puede ser de otro modo. El Estado debería ser un buen gestor, el mejor, y atraer a las elites, a los mejores cerebros. Sin embargo, no solo es el reino de la mediocridad, sino que encima ¡nos parece lógico!. decimos "perded toda esperanza, Estado = deficit" Y no: una cosa es la rentabilidad y otra es la eficiencia, y se confunde con demasiada ligereza.
ResponderEliminarY luego hay una derivada que no se toca casi nunca por este buenismo impostor y esta solidaridad de chichinabo. Todos pensamos en el Estado con las escuelas y la sanidad, pero hay una parte estratégica que el Estado no debería soltar nunca. Y no tiene que ver con la solidaridad sino con la seguridad y con la estrategia de país. Las fuentes y distribución de enerigía son bienes públicos y deberían ser gestionados por el Estado. Lo mismo que las comunicaciones. Y puedo llegar a decir que el ejército profesional (o sea, sustituir a los soldados por mercenarios) es una forma de escaqueo del estado de sus responsabilidades.
Al final hay una subversión y una perversión de lo que debe hacer el Estado o no. Hoy en Telemadrid, sacaban al Ayto de Villaviciosa de Odón plantando un huerto ecológico... Es todo tan absurdo.
Renfe se va a privatizar dentro de poco y a partir del próximo año se tiene que liberalizar el mercado de operadores ferroviarios y podrá haber competidores, veremos.
ResponderEliminarNo digo que la privada lo haría mejor, digo que la competencia hace que las cosas se hagan mejor. Vuelvo a Suecia. Allí hay cheque escolar y tú puedes elegir llevar al niño a la pública con ese dinero o utilizarlo para llevarlo a la privada y pagar la diferencia. Es obvio que en un sistema así todos tienen que ponerse las pilas.
Carmen, ahí se nota tu background francés. La defensa del suministro de energía por parte del estado. No les va mal, son los que tienen la electricidad más barata de Europa. También han invertido en ello y tienen un montón de centrales nucleares. En España no las queremos, preferimos los molinos y las placas solares. Preferimos pagar más por la electricidad y pagar, además, las subvenciones. Así nos va.
Un huerto ecológico es una necesidad perentoria! ¿Para cuando huertos ecológicos en las azoteas de Madrid?
No sé, yo creo que la excelencia no viene sólo por la competencia, sino también por la exigencia. Tú en tu casa apagas las luces no porque nadie te haga la competencia, sino porque te exiges no despilfarrar (igual no es el mejor ejemplo). Dentro de una empresa, los cost killing tienen un fundamento que es mejorar la competitividad, pero el sistema para seguirlos e implementarlos provienen de una exigencia casi militar. No sé, no sé. El Estado tiene que encontrar su sitio, que es distinto al de la empresa privada. Y donde esté uno no debe estar otro, en mi opinión. Porque el Estado tiene recursos infinitos, que son los impuestos, así es que la competencia es desigual en sí misma.
ResponderEliminarEl cheque escolar me parece bien, porque permite la competencia y la elección del padre, sobre todo. Eso está muy bien.
Mi background francés me hace también decir que debería haber una política seria de promoción de las familias, no es sólo la energía...
No tengo una opinión formada sobre el cheque escolar, pero a priori no lo veo mal.
ResponderEliminarHuertos ecológicos...quiero proponer poner uno en la azotea de mi edificio pero N me amenaza con un divorcio (otro) exprés.
"También subvencionamos a las Centrales Térmicas para que quemen carbón nacional que es malo y caro, además de anti-ecológico. Subvencionamos una cosa y su contraria y luego queremos que la luz nos cueste menos que en Francia donde la producción es en su mayor parte de origen nuclear." no puedo estar más de acuerdo, Hermano E
A mí no me parece justo el cheque escolar, por lo mismo que lo reclaman los padres yo puedo exigir no poner un duro para educación porque no tengo hijos... El estado te da escuelas, si quieres un plusestupendo, pero te lo pagas
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